domingo, 27 de febrero de 2011

Una insólita felicitación



Titular del Poder Judicial avaló falsa carrera de Vega Marroquín. Saludo fue publicado en El Peruano.

Luis Alberto Vega Marroquín, ex administrador de la Corte Suprema de Justicia, mintió a su empleador –el Poder Judicial- para avanzar en su veloz ascenso al más alto cargo burocrático de la institución, y desarrolló una cuestionada gestión en los cinco años que se mantuvo como interino en esa plaza, pero el Consejo Ejecutivo que presidió hasta el 31 de diciembre el vocal Javier Villa Stein lo felicitó en una resolución administrativa publicada en el diario El Peruano.

La Resolución Administrativa N°438 fue uno de los últimos actos administrativos del Consejo Ejecutivo, que refrendó con su firma el ex presidente del Poder Judicial, fechada el 28 de diciembre último (Día de los Inocentes, para mejor seña), pero fue publicada en el diario oficial el pasado jueves 10 de febrero, junto a otras dos decisiones de ese cuerpo colegiado.

“Sacrificio familiar”

Además de la firma de Villa Stein, la felicitación fue rubricada por el resto de integrantes del Consejo: los vocales supremos Robinson Gonzales y Jorge Alfredo Solís Espinoza; además del vocal superior Flamigio Vigo y el juez Darío Palacios Dextre, quienes también concluyeron con su gestión en diciembre 2010.

Los firmantes no advirtieron nada extraño en el vertiginoso ascenso del joven empleado, encumbrado como Administrador de la Corte Suprema con 31 años, sin contar con un título universitario ni estudios de post grado que lo respalden, requisitos exigidos para ejercer tan importante cargo.

Además, como integrantes del más alto órgano de dirección del PJ debían estar al tanto de un informe elaborado por el Comité de Ética del Poder Judicial en el cual se dictaminó que Vega Marroquín carecía de esos méritos académicos y de experiencia como directivo, que se solicitaba como requisito a todo aquel que postulara al puesto de administrador.

Villa Stein recibió dicho informe en febrero del año pasado, junto a otras revelaciones sobre funcionarios del PJ e inclusive magistrados supremos, luego de lo cual desactivó al equipo investigador y dejó a la comisión de ética en estado vegetativo.

Por otro lado, desde el año 2003 existe un “Perfil de Puestos de Trabajo de los trabajadores del Poder Judicial sujetos al Régimen Laboral de la Actividad Privada”, aprobado por el ex gerente general Hugo Suero Ludeña, que tampoco se aplicó al referido ex funcionario.

De acuerdo a la investigación realizada por la referida comisión, el ex administrador de la Corte Suprema no cumplió con los requisitos exigidos en cada uno de los sucesivos ascensos que tuvo dentro del Cuadro de Asignación de Personal de la institución. Empezó como chofer de un vocal supremo y de allí se encumbró al más alto cargo de la Corte Suprema.

Sin embargo, todas estas irregularidades fueron pasadas por alto por el anterior Consejo Ejecutivo, que en su resolución dice haber constatado que Vega Marroquín cumplió con las funciones de Administrador (encargado) con dedicación, responsabilidad y eficiencia, “en el nivel que corresponde a la trascendencia de la labor encomendada, con sacrificio familiar y personal”, pasando a describir una serie de cursos y actividades realizadas en su gestión.

¿Protección?

Lo insólito y desacostumbrado de este tipo de felicitación, más bien lleva a pensar que con la resolución N° 438-2010-CE-PJ, el ex Consejo Ejecutivo pretendía brindar una protección extra al ex administrador, en relación con futuras investigaciones y denuncias que pudieran presentarse en su contra.

Esto, debido a que Vega Marroquín debería explicar no sólo sus extraños ascensos en el PJ hasta llegar al cargo de Administrador de la Corte Suprema sin estudios superiores ni títulos que lo respalden, apoyado por el ex gerente general, sino los bonos extraordinarios que recibió en varias oportunidades sin razón aparente.

Además, tendrá que revelar el motivo de los numerosos viajes que realizó en los años que ejerció como administrador encargado, tal como lo comprobó la comisión de Ética.

Pero quizá la principal explicación del ex administrador debería referirse al papel que cumplió en el apoyo logístico que debió recibir la investigación de los “Petroaudios” en el PJ. Los juzgados a cargo de la investigación sufrieron retrasos inexplicables por falta de peritos y de elementos informáticos, que llevaron a un estancamiento de la labor judicial y han generado suspicacias en la población.

A Vega, además, se le asocia con el apoyo incondicional a muchos vocales supremos que estuvieron involucrados en actos irregulares y escándalos. Estos “favores” explicarían el blindaje que le brindan actualmente algunos magistrados de la Corte Suprema.

En el Palacio de Justicia se comenta que el ex Consejo Ejecutivo que presidió Villa Stein se haya tomado la molestia, sin precedentes, de felicitar por escrito y con una resolución administrativa la gestión de tan cuestionable funcionario, y no lo haya hecho a los propios magistrados que han hecho incuestionables méritos, como el actual presidente del Poder Judicial, César San Martín, quien ha recibido elogios en el mundo entero por el papel que cumplió en el célebre juicio y condena del ex presidente Alberto Fujimori. Pero nunca fue felicitado por el Consejo Ejecutivo.

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